Rompiendo cadenas

Una infancia difícil, la ausencia de padres, historial de adicciones, crecer en un ambiente de conformismo, pobreza espiritual y emocional, son solo algunas de las cadenas que venimos arrastrando y que en ocasiones nos atan a vidas condicionadas.

Tengo la fortuna de conocer a personas que han logrado romper esas cadenas. Al escuchar sus historias de lucha constante, de superación de obstáculos, nadando contra la corriente, ha sembrado en mí un grado de admiración que no conocía, pues muchos de nosotros tuvimos la fortuna de crecer en ambientes y circunstancias idóneas, donde hablar de abusos, carencias o falta de amor, no forma parte de nuestras circunstancias de vida.

Pero ¿es posible romper esas cadenas? Claro que lo es. Se necesita de una voluntad que poco a poco se va fortaleciendo, tu determinación por romper ese ciclo te mantendrá lo suficientemente motivado hasta lograrlo.
¿Es un proceso difícil? Sí lo es,  pues estarás enfrentando emociones arraigadas que te atacarán, también lucharás contra personas que todo lo que conocen es ese estilo de vida y para ellos tú serás la persona que está actuando equivocadamente.

¿Necesitaré ayuda para romper esas cadenas? Por supuesto, a qué tipo de ayuda me refiero: A veces es tu pareja quien puede abrirte los ojos y apoyarte en el proceso, tal vez un buen amigo que se convierte en parte de tu evolución; nunca está de más buscar apoyo profesional, terapias alternativas que puedan facilitar la transición.

Y si no tengo ayuda, ¿podré solo? No sé cuál sea tu creencia, pero de algo estoy segura y es que nunca estás solo, existe alguien que conoce a detalle tu historia y tus batallas, y debes saber que cuando en tu interior se activa el deseo de romper cadenas, es porque Él ya está trabajando contigo.

Para ti que rompiste la cadena mi admiración, para ti mi reconocimiento, para ti mi amor. Eres grande, eres vencedor.

Dejar un comentario