GRACIAS

Hagamos un pequeño juego, trata de encontrar palabras de poder que estén contenidas en las letras que componen esta maravillosa palabra  “gracias”, empiezo yo: risa, si, saciar… tres palabras que desde mi punto de vista tienen una connotación altamente positiva.

Ahora digamos en voz alta: Gracias…gracias…gracias. Es increíble como resuena esta palabra cuando la decimos, la sentimos y la valoramos, por eso te quiero preguntar ¿qué tan seguido la usas para recordarte lo afortunada(o) que eres?  Si has caído en cuenta que el valor de la gratitud no es algo que llevas a la práctica de manera regular, hoy puede ser tu primer día de vivir en un constante agradecimiento.

Repitamos el juego ahora con la palabra “agradecimiento”: Dar, amar, cimiento, tomar, crece, grato. Una vez más es asombroso cómo hasta en la etimología de estas poderosas palabras encontramos mensajes enriquecedores. Ahora imagina los beneficios que puede traer a tu vida el comenzar a  vivir bajo el estandarte de la gratitud.

Una manera de desarrollar este bello hábito es diseñar tu propio “mural de las gracias”, puede ser un pizarrón, una libreta,  notas adhesivas o lo que mejor te funcione y cada día antes de irte a la cama escribir algo que agradezcas que haya pasado en tu día, o simplemente agradecer tener una cama, un trabajo, salud o más de un par de zapatos. 

Cuando llevamos un registro de todo aquello por lo que nos sentimos agradecidos algo dentro de ti cambia, te vuelves consciente de que tenemos más de lo que necesitamos, valoras más lo que antes era parte de tu cotidianidad y es como si un sensor se activara y te diera nuevos ojos para encontrar bendiciones y motivos para estar en constante gratitud con todo lo que te rodea.

Inténtalo y bienvenido al mundo visto desde un gracias que hará tu paso por esta vida un viaje mucho más apreciado, vivido y valorado.

Dejar un comentario